La palabra bullying se ha vuelto muy famosa y muchos creen
que es un fenómeno nuevo, pero no es así. Bullying significa acoso y puede ser
psicológico, verbal o físico producido entre compañeros escolares por un tiempo
largo. El acoso siempre ha existido solo que ahora tiene un nombre más fácil de
recordar y por eso ha tenido más atención.
Hay varios tipos de acoso escolar. El sexual es cuando hay
inducción o abuso sexual. La exclusión social es cuando se excluye a la
víctima. El verbal son insultos y menosprecios para humillar públicamente a la
persona. El psicológico es cuando lo persiguen, intimidan, chantajean, amenazan
y manipulan. En el físico hay golpes, empujones y cualquier tipo de daño
corporal. El ciberbullying es el acoso por internet, generalmente en redes
sociales. Cuando esta siriana iba en la secundaria humana habían páginas de
internet que eran verdaderos nidos para insultos virtuales seccionados por
escuelas.
La mayoría de los bullys son chicos y chicas que van entrando a la
adolescencia. Han de sufrir algún problema en la escuela o en su casa,
esto lo vuelve agresivo y se desquita con sus compañeros en la escuela.
Generalmente es culpa de los padres que el niño sea así al enseñarle una
conducta donde el más fuerte suprime al más débil. La falta de afecto es otro
factor importante, divorcios, violencia, abuso, humillación, presión; todas
estas pueden ser causas que lleven a un
chico a lastimar a otro. Por otro lado, los niños molestados suelen serlo por
tener algo “diferente”, ya sea alguna discapacidad, aspecto físico, timidez e
incluso sobresalir en algo. Los medios de comunicación también influyen a ambas
partes.
Si el bullying no se soluciona el chico que lo produce puede
convertirse en un delincuente, en una persona difícil de convivir y puede
convertirse en una persona que anteponga la fuerza en sus relaciones. Para el
chico molestado puede producirse una baja importante en el autoestima,
pasividad, interés por lo que antes le gustaba, baja de calificaciones,
trastornos emocionales y psicológicos, depresión, ansiedad e incluso algunos
casos se llega al suicidio.
Para identificar a un bully hay que encontrar al agresivo
que no es empático. Para encontrar al chico molestado hay que notar los cambios
que puede haber en él, puede volverse agresivo con sus autoridades, poner
pretextos para evitar involucrarse con la escuela, pérdida de cosas y en
algunos casos marcas si es abuso físico.
En cualquiera de los casos, lo mejor es acercarse al niño
(sobre todo si eres un familiar cercano) y platicar con él. Estar al pendiente
del niño, crearle confianza y ayudarlo en su día a día puede ser una manera de
ayudarle a superar el problema e incluso a evitar que suceda. A un bully nunca
se le debe intentar ayudar usando la violencia. La violencia genera violencia.
Lo que un niño que fue acosado necesita
es el apoyo de sus seres queridos, su ayuda, que le muestren que no es su culpa
y que puede ser fuerte y determinado, que puede salir de la situación; lo que
menos necesitan es que los regañen. Los maestros tienen una parte importante en
todo esto pues están al pendiente de los chicos durante el horario escolar, si
detectan un agresor y una víctima debe comunicarlo a los padres y autoridades
correspondientes para evitar que llegue a mayores.
Pero lo ideal es que no exista este problema y el bullying
es algo que se evita desde la casa. Nuestros modales y valores los aprendemos
en casa. La familia es la unidad de la sociedad y es su responsabilidad evitar
que este problema se agrave.
Por Saphira Kailen
No hay comentarios.:
Publicar un comentario