Desde
hace miles de años se ha conocido los beneficios que la risa producía para la
salud, tanto física como espiritual de las personas.
Se
ha demostrado que cuando una persona se ríe de verdad entonces en su cerebro se libera serotonina, un tipo de endorfinas (neurotransmisores
secretados por la glándula pituitaria del cerebro, que tienen efectos calmantes y analgésicos).
También favorece la producción y liberación de sustancias bioquímicas como la
dopamina, que nos eleva el estado de ánimo; o la adrenalina,
que nos permite estar más despiertos y receptivos, proporcionando mayor
creatividad.
En
tal sentido, se han realizado experimentos científicos y se ha demostrado con
pacientes cardíacos que reírse ha sido saludable para el corazón y en general
para la salud.
Asimismo,
se han realizado estudios y se ha encontrado que cuando una persona se ríe con
frecuencia, aumenta la actividad de su sistema inmunológico, específicamente en
la producción de Inmunoglobulinas A (IgA) e Inmunoglobulinas B (IgB) que son
las células que de manera natural matan las células del organismo infectadas
por virus y algunos tipos de células cancerígenas.
También
se produce un incremento de una substancia conocida como "Complemento
3" que ayuda a los anticuerpos del organismo para precisar a las células
anormales o infectadas, y también hay un aumento de lo que se conoce como
"Gamma interferón" que da la señal a varios componentes del sistema
inmunológico para "activarse" y detectar anormalidades.
Con
ello, las ventajas de la práctica de la risoterapia son muchas, entre ellas
destacan: la disminución de la percepción del dolor, rebaja el nivel de
cortisol, combatiendo el estrés y el insomnio; mejora la función pulmonar en
pacientes asmáticos; aumenta el funcionamiento del sistema inmunitario; reduce
la ansiedad en el preoperatorio, sobre todo en los niños; limpia los ojos y
despeja de mucosidad la nariz y los oídos; ayuda a solucionar algunos problemas
dermatológicos; combate problemas cardiovasculares; mejora los cuadros de
estreñimiento; relaja las contracturas en la espalda, entre otras cosas.
Por
eso yo recomiendo reír a carcajadas, puesto que reírnos no cuesta nada y es una
forma de pasar buenos momentos con amigos y familia. Las personas que viven
riendo tal vez son personas más sanas. Yo recomendaría mucho contar unos buenos
chistes.
¡Así
que a reír se ha dicho!.
Por
ANIK.
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