El Big
Crunch –“gran colapso o gran implosión”- es una de las teorías que se
barajan sobre el destino
final del universo.
Si tuviésemos que simplificar, diríamos que se trata de la teoría opuesta al Big Bang.
La teoría del Big Crunch se basa
en que en unos 20.000 millones de años, el universo, forzado por la gran
cantidad de masa, empezaría a comprimirse hasta acabar por colapsarse en una
singularidad, es decir, es muy posible que la fuerza gravitatoria de toda la
materia que se encuentra en los aros que rodeaban a las galaxias, tal vez,
podría cesar e invertir con ella la expansión. Así, las galaxias empezarían a
retroceder y con el tiempo chocarían unas contra otras, la temperatura se
elevaría y el Universo se precipitaría hacia un destino catastrófico en el que
quedaría reducido nuevamente a un punto.
En
otras palabras, la gravedad impediría la expansión del cosmos, con lo que éste
empezaría a encogerse hasta finalmente ‘morir’ aplastado,
aunque en realidad estaría concentrado en un solo punto.
Según
la teoría oscilatoria, tras el Big
Crunch podría tener lugar un nuevo Big Bang; e incluso este universo podría proceder de un universo
anterior que también se comprimió en su Big
Crunch. Si esto hubiera ocurrido repetidas veces, nos encontraríamos
ante un universo oscilatorio; donde cada universo termina con un Big Crunch y
da lugar a un nuevo universo con un Big Bang y cada nuevo universo se uniría al
anterior
Lo
cierto es que éstas son sólo teorías sin una base del todo sólida. Otras como
el Big Freeze
o el Big Rip
servirían también de alternativas para teorizar acerca del destino final del
universo.
BY
ANIK
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