1/4/12

Mi hipnosis y mi vida

La hipnosis, un tema del que hay mucho que decir. Para algunos no existe y para otros es una solución, una regresión y la oportunidad de reencontrarse con su verdadero yo, pero ¿que pasaría si te quedaras en esa ilusión?
Imaginemos esto: Carlos tiene una vida miserable. Por más que trata de hacer bien su trabajo siempre hay alguien que se queda con la ganancia, a él nunca forma parte de un ascenso, o felicitación, el crédito siempre es para otros. Pero sabe bien que su deber es simplemente cumplir y salir adelante con sus ideales y proyectos aunque en el fondo sabe que el pez chico se come al grande y Carlos no llega ni a camarón.
En su casa, vive relativamente feliz, si tiene todo lo que siempre soñó, una casa envidiable, los hijos ideales, la esposa más hermosa, una mascota fiel… pero nada más. Para Carlos la vida se ha vuelto tan rutinaria y tan insípida que ya no encuentra el sentido de seguir adelante. Decide entonces quitarse la vida. Sorprendido por un compañero de trabajo, no puede llevar a cabo su plan y la empresa lo obliga a visitar a un psiquiatra, porque probablemente desean lavar la culpa de presión laboral y para notar que si se preocupan por sus empleados.
Cuando Carlos llega con el doctor, decide contar toda su preocupación, abiertamente le habla de las cosas que jamás antes había comentado, ni siquiera sabía que existían en él, al final el doctor guarda silencio y después le comenta: Señor ¿ha pensado usted que esta podría no ser su verdadera vida?
Mire podemos usar un procedimiento muy sencillo, en el cual usted volverá a su vida normal y podrá escapar de este mundo que lo atormenta, pero para eso tenga resultado solo existe una condición, que una vez estando es su verdadera vida no puede regresar a esta, así que si no le agrada su verdadera vida deberá quedarse ahí porque no hay marcha atrás. Carlos lo pensó y después considero que nada podría ser pero que lo que ya sufría en ese momento, así que acepto el procedimiento.
No hace falta decir que fue lo que paso después, llámenlo como quieran y usando el método que fuera, Carlos despertó en un lugar que le parecía familiar, efectivamente era su recámara, pero no había nada de diferente en ella, solo que no la reconocía. Muy alegre se vistió y se arregló para ir a su trabajo, qué más daba debía de averiguar cómo sería en esta nueva vida su trabajo. Su nueva familia…nada que ver, su mujer hermosa y servicial, sus hijos adorables e inteligentes, hasta su mascota era bastante divertido y domesticado. Su trabajo nada que ver, sus compañeros lo trataban con respeto y lo admiraban, el respondía sabiamente cualquier cosa y realizaba los mejores proyectos en su empresa. Todo era perfecto, que alegría la de su verdadera vida, estaba bastante agradecido con el doctor que decidió buscarlo para darle personalmente las gracias.

Cuando llegó a su consultorio, se dio cuenta de estaba cerrado, la entrada no era la misma y había un gran letrero que decía tintorería. ¿Qué habría pasado? Sin obtener resultado buscó y buscó pero nada. Pasaron los años y el doctor jamás apareció.
Un día Carlos disfrutando de su buena vida, recibió la visita más inesperada, era el doctor. Casi no lo reconoció porque ya era demasiado anciano. EL doctor se le acerco y le preguntó ¿recuerdas que me hiciste una promesa cuando yo te traje a este mundo? Si así es, le dijo Carlos. Entonces el doctor le contestó: Pues lamento decirte que jamás cambiaste de vida, nunca te transporté otro lugar, ni siquiera soy psiquiatra de verdad.
Llevo más de 40 años “transportando” a personas aburridas de sus vidas a su verdadera vida por medio de la proyección. Cuando yo te dije que era posible que fueras a otra vida en la que todo fuera como tú quieres te hiciste ideas, pensaste en cosas específicas y te enfocaste en ellas. Unas cuantas pastillas para dormir bastaron para que todo se volviera místico,  y después solo te lleve a tu casa. Cuando despertaste nada había cambiado, solo tú. Ya no veías las cosas igual, le encontraste el sentido a tu hogar, en el trabajo recuperaste tu respeto porque tenias confianza en ti mismo y seguridad al realizarte, nada ni nadie había logrado hacer eso en ti, hacía falta crearte una “hipnosis” para despertar, y darte cuenta de que tu verdadera vida está enfrente tuyo, pero te lo pierdes.
Las cosas comienzan a perder su valor porque ya no las valoramos, así como la flor deja de crecer si no le pones agua. Pues ahora ando recorriendo el mundo buscando a mis hipnotizados, para decirles que la verdadera hipnosis fue por ellos mismos, que todo lo que necesitaban era descubrir que tienen el poder de escribir lo que quieran y hacer lo que quieran.
Seguramente nos podemos quedar hablando y hablando, pero si realmente pudiéramos tener una oportunidad así ¿Qué cambiaríamos de nuestras vidas? ¿Qué cosas serían distintas? Nosotros tenemos el valor de hipnotizarnos y despertar a la realidad, descubrir día a día un tesoro u recibir el apoyo de los amigos.
Vamos pues entonces a buscar ese mundo ideal, porque puedes hipnotizarte para hacer lo que sea, y lo mejor es que no solo lo haces por ti si no por los que te rodean.
Y ahora ¿si te hipnotizas quisieras volver a tu antigua vida por si no te gusta? Recuerda que no, podrás siempre ir hacia adelante pero nunca hacia atrás porque después de todo es tu misma vida, solo cambiaste tu.
Por MOkukas

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