Comienza en el siglo XVIII después del prerromanticismo –una de las etapas en que se divide el Neoclásico–. Es una corriente donde destaca la libertad artística, el arte es mucho más abstracto además de que se le dice adiós a los temas morales, clásicos, realistas.
Siendo la ultima etapa asociada a las ideas platónicas, la inspiración se obtiene a través de las musas o con el consumo de ciertas sustancias. Esta última es retomada por Baudelaire, la cual se refleja principalmente en su poema “Spleen”; la inspiración llegaba a través de la sensación constante de depresión, de autodepresión. Miembro del conocido grupo de los Poetas Malditos de aquel siglo, a esta idea se suman algunos otros poetas como Gautié, Verlaine y Rimbaud, este último convirtiéndose en el principal poeta del siglo XIX.
El romanticismo se refleja en prácticamente todas las artes: en la poesía con los Poetas Malditos, además de Leoporti, Goethe y Edgar Allan Poe –estos dos últimos también destacan en la narrativa– ; en la música con la sonata Claire de Lune, Chopin, Verdi; y en la narrativa con Lord Byron, Oscar Wilde, Washington Irving y Víctor Hugo.
Para entender los principios del romanticismo, el prólogo de “Cromwell” y “Hernani”, del escritor Víctor Hugo son una buena opción. Y no falta decir que Poe es de los más conocidos escritores románticos y representantes de esta corriente, junto con Baudelaire.
Y para finalizar, una frase del prólogo de “Cromwell” de Víctor Hugo:
“La sociedad, en efecto, comienza por cantar lo que sueña, luego relata lo que hace, y finalmente se pone a pintar lo que piensa.”
Fuente: Mis notas de la clase Estudios sobre Poética.
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