1/12/13

Despedida de una vampira

(En un cuarto lleno de libreros, a oscuras, un sillón de espalda alta rojo oscuro, con una mesa de lectura a un lado con un trío de velas encendidas)

   He vivido… (suspiro) he vivido tanto tiempo, tanto que he perdido la cuenta de las horas, los días y los años. He vivido tanto tiempo que he olvidado mi verdadero origen, mi verdadero nombre y los humanos que me trajeron al mundo. He visto tantas cosas que mi mente no quiere procesar más, he sentido tanto dolor que ya no siento nada. He vivido sola tanto tiempo, he amado, he sido amada pero también he abandonado y he sido olvidada. (silencio)

   Su nombre era Tom, Tomas Raney, (viendo una foto de él) un joven apuesto, de piel clara, hermosos ojos azules, risos castaños y una sonrisa que me perdía, estaba lleno de vitalidad, lleno de hermosas esperanzas, de magníficas promesas (resbala una lágrima de sangre)lo amé con locura y él hizo igual, pero aquella noche…su corazón dejó de latir.

   Es pecado enamorarse de un mortal y no traerlo a la senda de la inmortalidad, los pecados de un vampiro se pagan con la muerte, en este caso del desafortunado ser amado.(recuerda) Como cada noche cenamos, él comía mientras yo lo miraba, perdida en sus ojos, en su voz y su mirada, caminábamos por el parque sin temor a los ladrones y violadores, a veces se descubría el cuello y yo probaba su sangre, a veces solo partíamos a mi hogar, nos mostrábamos nuestro amor y luego lo miraba dormir, mientras entre mis dedos resbalaban sus rizos. (suspira, voltea la foto) Caminábamos por el parque…(Recuerda) nos emboscaron, seres de mi especie más jóvenes que yo, de haber sido hombre no hubieran podido conmigo pero incluso con los años de fortaleza que poseo no pude hacer nada, antes de reaccionar él yacía en el suelo inmóvil, sin una sola gota de sangre (cae una lágrima de sangre sobre su vestido), me dejaron allí con el cadáver de mi amado, mis lágrimas mancharon su angelical rostro, me sentí un demonio.

   No he vuelto a amar, no he vuelto a querer disfrutar la briza nocturna, mis andares ahora son automáticos, siempre hacia algún callejón donde me vea vulnerable, donde alguien quiera pasarse para entonces hundir mis colmillos en sus pieles. Creí que las buenas acciones calmarían mi dolor, he ayudado humanos, he ayudado vampiros, pero nada calma el sentimiento de inutilidad que embarga mi vida, nada calma la idea de que vivo sin sentido y sin sentido viviré y nada evita que desee la muerte, pero soy cobarde y continúo huyendo del fuego y el sol. (voltea a ver a quien le habla)

   Tienes rasgos parecidos a los suyos, has llegado a mí como un ángel de la muerte y te suplico que acabes con mi agonía. (le ofrece su mano) Acompáñame al sol, no me dejes ir, la platería y mi herencia son tuyas ahora, condúceme a mi fin y cuando no sea más que un montón de ceniza, espárceme, que no pueda reunirme ni conmigo misma.

(su mano es tomada)

(sus cenizas son lanzadas al viento)

Por Saphira Kailen

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