Una mujer
verdadera es aquella que no necesita pasar horas escogiendo su atuendo y su
maquillaje, sino aquella que se preocupa por cultivar su belleza interior, su
inteligencia y su alma.
Una mujer
real no es aquella que tiene o ha tenido mil hombres tras ella sino aquella que
sabe ser paciente e identifica al que es verdadero y solo entonces se entrega a
él.
Una mujer
verdadera no es aquella que es débil y sumisa sino aquella que logra imponer su
lugar en el mundo, aquella que puede decir no, que cuida de sí misma y que sabe
mostrar el lugar que merece.
Una mujer
real no es la que tiene más zapatos, ni la que tiene más vestidos de gala, es
aquella que tiene más amigos y que tiene más joyas preciadas a quienes recurrir
y con quienes compartir lo más preciado de la vida.
Una mujer
valiosa es aquella que ve su mundo a su propia manera de hacerlo y que sin
embardo puede comprender los mundos ajenos que la rodean, aquella que siente
las alegrías y dolores de otros, la que puede sentir cuando uno tiene necesidad
de su compañía y que da de sí lo que pueda por procurar una sonrisa.
Una mujer
verdadera no es aquella que más hijos tiene, ni la que más regalos recibe el
día de la madre, es aquella que cría con rectitud a sus hijos que les enseña
que en la vida hay dolor y pena pero hay más alegría y belleza.
Una mujer
real no es aquella que pasa el día fregando trastes o haciendo papeleos, es
aquella que quiere hacer su trabajo mejor día a día, que no se deja intimidar
por los estereotipos sociales ni laborales, es aquella que lucha por un futuro
mejor.
Una mujer
verdadera no necesita regalos costosos, joyas lujosas, ni cursilerías
ostentosas para perdonar, una mujer sabe cuando la intención es verdadera y
ella se da cuenta que unas palabras y acciones certeras, honestas y puras son
mejores soluciones.
Una gran
mujer es aquella que puede abandonar sus penas un momento por atender a
aquellos cercanos a ella, aquella que está para aguantar desde un chiste malo
hasta acompañar a su igual en momentos de necesidad, pero sin descuidarse a sí
misma.
Una mujer
real no es la que más premios de belleza tiene, ni la que tiene mejor cuerpo,
sino aquella que con inteligencia, cariño y astucia se mueve por el mundo.
Para una
mujer real su corazón está partido en mil pedazos pues ha cedido un pedacito a
cada persona importante en su vida aún sin la garantía de ser cuidado por
siempre y aún así confía en que hay gente buena.
Una mujer
real, verdadera, grande, es aquella que puede llorar, reír, amar, gozar,
luchar, cuidar, compartir, perder, ganar, cantar, bailar, gritar, callar…pero
sobre todo una gran mujer es aquella que puede vivir y luchar por su vida y su
felicidad, aquella que aún en el peligro y en la adversidad se mantiene firme,
sin nunca perder aquello que nos hace tan especiales.
Yo no soy una
mujer grandiosa, no soy una mujer excepcional, pero no me conformaré con esto,
poco a poco busco ganar mis batallas, poco a poco busco caminar en la dirección
correcta.
Esto va para
las mujeres maravillosas que me han ayudado a comprender como en parte debemos
ser, va dedicado a las mujeres que me acompañan en esta difícil senda de ser
mujer; a mis amigas, hermanas, a todas ellas que tienen un trozo de mi corazón.
Soy solo una adolescente tratando de comprender el mundo; observándolo desde mi
ventana, sintiendo la vida en mi piel.
Nosotras
cambiamos de pareceres, la vida nos hace forjar ideas nuevas, confirmar y/o
desechar antiguas. La vida nos trata a veces bien y a veces mal, a veces es más
difícil por el mundo donde vivimos; no somos mujeres completamente libres como
deberíamos serlo. Nos vemos agredidas, heridas, discriminadas, maltratadas, por
ser consideradas el sexo débil, sin embargo, somos el sexo fuerte, si somos
derribadas resurgimos de la catástrofe, caminamos a pasos pesados sobre el
mundo, no nos estancamos, somos mujeres, somos fuertes, somos especiales, somos
únicas.
Ser mujer es
tanto una maldición como una bendición, depende de cómo lo quieres mirar y de
lo que hayas vivido. Sin embargo, ser mujer es un gozo y un orgullo.
Mujeres,
amigas, hermanas.
Suerte en la
aventura de la vida.
Su amiga
eterna
Saphira Kailen
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